En la ciudad de Fuenlabrada, la convivencia ciudadana debería ser un pilar fundamental para garantizar una sociedad armoniosa y agradable para todos sus habitantes. Sin embargo, lamentablemente, nos encontramos con un escenario desolador en el que el incivismo de la gente parece estar en aumento. Las normas establecidas en el Capítulo I del reglamento municipal, que regulan el uso de los espacios públicos, no son suficientes para frenar la falta de respeto y responsabilidad de algunos individuos. Además, la ineficacia en la imposición de multas y la falta de vigilancia adecuada solo agravan la situación. Es hora de analizar a fondo esta problemática y exigir medidas concretas para lograr una convivencia ciudadana digna.
El objeto de la regulación
El Capítulo I del reglamento municipal de Fuenlabrada establece claramente el objeto de su regulación: el uso común y privativo de los espacios públicos del municipio. Avenidas, espacios libres, calles, plazas, entre otros bienes municipales, deben ser respetados y cuidados por todos los ciudadanos. Estas áreas deberían ser lugares agradables para la recreación, el esparcimiento y el encuentro, pero desafortunadamente, la realidad es muy diferente.
Normas básicas de convivencia y cuidado de la vía pública:
El artículo 8 del reglamento establece las normas básicas de convivencia y cuidado de la vía pública, las cuales incluyen la prohibición de arrojar basura o residuos a la vía pública. Es increíble constatar cómo esta prohibición tan básica y necesaria es sistemáticamente ignorada por muchos ciudadanos. Calles y plazas se convierten en verdaderos vertederos, donde todo tipo de desechos se acumulan sin que se tomen medidas efectivas para evitarlo.
La ausencia de multas y vigilancia
Uno de los principales problemas radica en la falta de imposición de multas a aquellos que incumplen las normas de convivencia. Si bien es cierto que el reglamento existe, su aplicación parece ser nula. Los infractores actúan con total impunidad, sin temor a ser sancionados por sus acciones irresponsables. Esto no solo socava la autoridad del reglamento, sino que también fomenta el incivismo y la falta de respeto hacia el entorno común.
Además de la escasez de multas, la vigilancia y supervisión de los espacios públicos deja mucho que desear. La presencia policial es insuficiente, lo que permite que las conductas incívicas se perpetúen sin control. Si queremos promover una convivencia ciudadana sana y respetuosa, es fundamental que se aumente la vigilancia en las áreas públicas y se establezcan mecanismos efectivos para prevenir y sancionar las conductas indeseables.
La convivencia ciudadana en Fuenlabrada se encuentra en una preocupante decadencia. El incivismo de la gente, la falta de aplicación de multas y la insuficiente vigilancia son los ingredientes de un cóctel explosivo que deteriora la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. Es necesario tomar medidas urgentes para revertir esta situación. Se requiere un mayor compromiso de las autoridades municipales para hacer cumplir el reglamento, así como aumentar la presencia policial y establecer sistemas de vigilancia eficientes. Solo a través de una acción decidida y enérgica podremos recuperar la convivencia ciudadana y asegurar un entorno amigable y respetuoso para todos los ciudadanos de Fuenlabrada. La hora de actuar es ahora.